Los animales calman, aportan tranquilidad y seguridad y el ser humano es capaz de establecer con ellos vínculos muy estrechos. Son estos vínculos precisamente los que nos permiten hablar de la Terapia Asistida con Animales (T.A.A.).
En las actividades asistidas con animales interviene un animal para mejorar la calidad de vida de los mayores tanto en el plano psicológico como en el plano físico. En los casos en los que esta terapia se realiza a domicilio, el animal más utilizado suele ser un perro, que debe contar con unas características concretas: ser manso, tranquilo, sociable y tener facilidad para aprender.
Además, es importante que el animal no se sorprenda ante movimientos o ruidos bruscos, para evitar estresar al animal o asustar al anciano.
¿Y por qué utilizar animales?
Porque la empatía, la lealtad y la aceptación que el animal muestra son fundamentales para que este tipo de tratamiento sea efectivo.
Los primeros estudios sobre la capacidad sociabilizadora de los animales tuvieron lugar en el siglo XVII de la mano de John Locke, que teorizó sobre la influencia de los animales de compañía y su uso con enfermos mentales. Pero ha sido en los últimos años cuando más se ha desarrollado este tipo de terapia, utilizándola también de una forma muy eficaz con otros colectivos como los ancianos. Sus beneficios son múltiples, sobre todo en lo referente a la autonomía personal y a la recuperación de las habilidades perdidas por culpa de la edad.
Impacto en el estado emocional de la terapia asistida con animales
La interacción con un animal también ofrece mejoras en el plano emocional. La simple presencia de éste, confiere a la terapia un carácter lúdico, menos estresante y más agradable. Muchos ancianos se sienten solos o padecen una depresión; la realización de estas actividades con animales los vuelve más activos, sociables, receptivos y les ayuda a mostrar una buena predisposición y mayor motivación ante el trabajo a realizar. A través de tareas tan sencillas como el cepillado del perro, sacarlo a pasear o jugar con él, se ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente y se ofrece una ayuda terapéutica tanto física como mental o emocional.
El animal supone la alianza entre el terapeuta y el paciente, de esta forma, se puede decir, que es un enlace para realizar la terapia con mayor intensidad y rapidez. Pero es importante tener en cuenta que debe ser el profesional el que controle y dirija la sesión aprovechando este vínculo natural existente entre las personas y los animales. Toda la función del animal llevada a cabo durante las sesiones debe ser previamente analizada, planificada y estructurada por el profesional y por supuesto, debe ser él también quien supervise la ejecución de la actividad.
Impartido por profesionales de la ayuda a domicilio
Para llevar a cabo este tipo de terapia, el profesional debe contar con una titulación previa en función del trabajo que se vaya a realizar. De esta forma, la dinámica y los objetivos de las sesiones se basarán en la disciplina a la que pertenezca el profesional, pudiendo ser éste, por ejemplo, un psicólogo o un fisioterapeuta. Además, es necesaria también una formación específica en Terapia Asistida con Animales para aprender a incorporar al animal como elemento principal en las actividades a realizar.
Beneficios de la terapia asistida con animales
La Terapia Asistida con Animales se introduce en la vida diaria de los pacientes, convirtiendo su rutina en algo más divertido y apetecible para ellos. Se mejora de esta forma su estado emocional, lo cual influirá positivamente en su estado físico y funcional y favorecerá, por tanto, la recuperación de muchas capacidades perdidas y el retraso en la pérdida de otras. Así, se intentará mejorar la realización de tareas de la vida cotidiana tan sencillas como peinarse o vestirse que a nuestros mayores, en ocasiones, les cuesta realizar de una manera independiente.
Algunos de los beneficios que se pueden lograr estableciendo con las personas mayores una rutina habitual de actividades asistidas con animales son:
- Mejorar la psicomotricidad, la coordinación y el equilibrio
- Mejorar las actividades de la vida diaria como vestirse.
- Trabajar la estimulación cognitiva, el lenguaje, la atención
- Practicar las habilidades sociales, la expresión de sentimientos y la comunicación
- Reducir la sensación de soledad
- Potenciar la autoestima
- Mejorar la memoria