Al igual que en otras profesiones como la fontanería o la albañilería, los electricistas son un gremio imprescindible que nos pueden salvar de más de un problema en casa. Muy poca gente tiene los conocimientos suficientes para hacer arreglos en el hogar que tengan que ver con la instalación eléctrica. Por si fuera poco, estos trabajos cuentan con la desventaja de la alta peligrosidad que tienen aparejada. Muchos de ellos pueden conllevar un riesgo elevado de sufrir accidentes realmente graves si no se hacen de la manera adecuada.
Según la Federación internacional para la seguridad de los usuarios de la electricidad (FISUEL), En España alrededor de 150 personas fallecen al año a causa de accidentes relacionados con accidentes eléctricos. Estos accidentes suelen ser causados por incendios, sobrecargas o cortocircuitos derivados de un mal estado o una mala conservación de nuestras instalaciones eléctricas.
De la misma manera, otros estudios realizados por instituciones como El centro español de información del cobre (CEDIC) o “El libro azul de la electricidad” realizado por la asociación de fabricantes de material eléctrico (AFME), aluden a los accidentes que se podrían evitar si las instalaciones eléctricas estuviesen bien revisadas. En nuestro país, aproximadamente unos 14 millones de hogares tienen un alto nivel de peligrosidad derivado del mal mantenimiento de la red eléctrica y se aprecia una relación estrecha entre los accidentes domésticos y este hecho.
El mantenimiento previo a la llamada de profesionales
No obstante, antes de acudir a cualquier profesional, está en nuestra mano cuidar y hacer un buen uso de todos los elementos electrónicos que tengamos en casa. Más que nunca, debido a las subidas periódicas del precio de la luz en España, conviene asegurarse de que todo esta en orden para no gastar más de la cuenta. Que nuestra instalación eléctrica esté produciendo de una manera eficiente la energía que necesitamos para llevar a cabo nuestro día a día, depende, en parte, de los exámenes que hagamos de la misma.
Por nuestra cuenta siempre podemos estar pendientes de aquellos electrodomésticos y elementos que más usemos y que, por lo tanto, demanden más cantidad de electricidad. Los interruptores, los propios cables o los enchufes, son partes de nuestra instalación que deben estar siempre en buen estado para garantizar una eficacia energética apropiada. Un enchufe mal ajustado a la pared o un cable pelado puede provocar que la energía no llegue de la manera optima y, a la larga, acabe deteriorando el conjunto de la instalación.
De la misma manera, conviene hacer de vez en cuando un test de sistema de alumbrado de nuestra casa. Asegurarse de que, por ejemplo, no sobrecargamos un punto de entrada de energía con varios elementos conectados o que las bombillas de las lamparas se encuentran en buen estado ayuda a cuidar nuestra instalación eléctrica. Y hablando de sobrecargas, es muy común que la temperatura de los cables o las tomas de corriente sea elevada si estamos haciendo un mal mantenimiento y uso de las mismas. En última instancia, esto podría acarrear una factura de la luz cuantiosa y gastos futuros en reparaciones.
La importancia de acudir a electricistas de manera periódica
Con todo, a pesar de la importancia que tiene estar al tanto del funcionamiento y la limpieza de todos estas partes de nuestra casa, el mantenimiento de la instalación eléctrica es una tarea más compleja que requiere de profesionales. Para llevarla a cabo, podemos hablar de dos tipos fundamentales de trabajos profesionales de mantenimiento en casa: Aquel que realizamos antes de que haya sucedido cualquier imprevisto y aquellos que se hacen después de haber sufrido el problema.
En el caso del segundo tipo de mantenimiento, cada profesional valorará cuál será la mejor opción para solucionar el contratiempo en cuestión. El segundo caso es el que más nos interesa ya que es el que ayuda a prevenir que sucedan inconvenientes combinándolo con las acciones individuales anteriormente descritas. Los electricistas pueden hacer visitas periódicas a nuestro domicilio para examinar, entre otras cosas, los tableros de corriente o hacer limpiezas para asegurarse de su buen funcionamiento.
Estas visitas suelen hacerse una vez cada dos años a no ser que nuestro sistema eléctrico este ya muy deteriorado o hayamos tenido fallos persistentes. Conviene que estas revisiones se hagan cuando aparentemente todo este funcionando correctamente. En lo que respecta a nuestras casas, acudir a un electricista depende única y exclusivamente de nuestro criterio. No existe ninguna normativa que obligue a estos profesionales a visitarnos a nuestras casas. Por lo tanto y en vista de lo expuesto anteriormente, es importante no dudar a la hora de pedir ayuda a los profesionales electricistas.
Los boletines eléctricos
Los boletines eléctricos, también conocidos como certificados de instalaciones eléctricas (CEI), son unos documentos imprescindibles que cualquier vivienda o negocio necesita para que su instalación eléctrica se ponga en marcha. Este documento merece una mención especial ya que, en muchas ocasiones, va de la mano con algunas de cuestiones apuntadas en los epígrafes anteriores. Estos boletines se pueden pedir a la distribuidora eléctrica de la zona donde estemos residiendo.
Los boletines eléctricos abalan que la instalación de nuestra casa es apta para producir energía y puede contratarse una tarifa de luz. En él podemos encontrar información sobre la potencia máxima que puede resistir nuestra casa o el plano de nuestra instalación eléctrica. Cada vivienda, sea de obra nueva o no, tiene la obligación de contar con un CEI y este debe ser actualizado en los siguientes casos:
- Que en casa queramos hacer un cambio a nivel técnico de la instalación eléctrica para, por ejemplo, aumentar la potencia máxima de la vivienda o para pasar de una instalación monofónica a una trifásica.
- Que la antigüedad del boletín eléctrico tenga 20 años o más y se tenga que actualizar
- Si entras a vivir en una casa de obra nueva te exigirán que presentes el CEI