Aunque pueda parecer una afirmación muy aventurada, se podría decir sin miedo a equivocarnos que, sin la fontanería, la comodidad de la que disponemos en nuestras casas seria completamente inexistente. De hecho, si nos paramos a pensar en el trabajo que realizan los fontaneros tanto a nivel doméstico como a nivel comunitario, nos daremos cuenta rápidamente de que la introducción de este artículo no va nada desencaminada.
La fontanería está presente día a día en nuestras casas y dependemos plenamente de ella para llevar a cabo las tareas y las necesidades básicas de cualquier jornada. Sin ella o con un mal funcionamiento de esta, no podríamos tirar de la cadena, lavarnos los dientes por la mañana o realizar cualquier menú que dependiese de abrir y cerrar un grifo que nos proporcione agua.
Sin embargo, sólo nos acordamos de ella cuando tenemos un problema en casa que tenga difícil solución. Si se nos atasca la pila de la cocina y no sabemos cómo arreglarla, llamamos a un fontanero para que nos solucione un inconveniente que literalmente paraliza el desarrollo normal de nuestra cotidianidad. Si tenemos un tapón en la cisterna y no sabemos cómo hacer que vuelva a funcionar correctamente, no nos quedara más remedio que hacer la misma llamada para que nuestra vida no quede paralizada.
Podríamos definir la fontanería como un conjunto de actividades que se dedican al mantenimiento y buen funcionamiento de las redes de tuberías para el abastecimiento de agua potable y la evacuación de aguas residuales. Por si fuera poco, los fontaneros también se encargan de ayudarnos en invierno si tenemos algún imprevisto a la hora de encender la calefacción para mantener nuestra casa a una temperatura adecuada. Por ello, estos profesionales realizan un trabajo imprescindible que, además, en muchas ocasiones resulta desagradable y poco atractivo.
Cuidados de los sistemas de abastecimiento y evacuación de aguas en casa
Para evitar en la medida de lo posible tener que recurrir a un fontanero para que nos saque de un apuro, siempre está en nuestras manos hacer un buen uso de los desagües para evitar atascos y problemas graves en nuestra red de tuberías. Si somos capaces de ser cuidadosos a la larga ahorraremos dinero y, sobre todo, ahorraremos en disgustos.
Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones no dependerá de nosotros, por mucho que nos consideremos unos manitas, arreglar determinados problemas. Además, a veces el remedio puede llegar a ser peor que la enfermedad cuando se trata agua. Si no sabemos a ciencia cierta lo que estamos haciendo, corremos el riesgo de vernos con inundaciones en casa o con fugas muy preocupantes.
Debemos de ser pues lo más limpios y cuidadosos que podamos. Un ejemplo claro se puede observar en la pila de la cocina donde cada vez es más común ver filtros en el desagüe que impidan el paso de grandes cantidades de desechos que puedan atascar las tuberías. De la misma manera, en los baños, es muy recomendable ser precavidos con los pelos que acaban cayendo en el plato de la ducha ya que estos pueden formar una maraña en la tubería.
Es muy recomendable tener siempre a mano algún producto que nos ayude a llevar a cabo esta tarea de fontanería doméstica sin riesgo de caer en la chapuza. Cada vez que hagamos una limpieza a fondo de la cocina y el baño, conviene echar una pequeña cantidad de este líquido por el desagüe para asegurarnos de que no se generaran atascos importantes en un futuro
De la misma manera, hay que tener mucho ojo con aquellos grifos o piezas de la red de fontanería que estén mal fijados o que goteen cuando se cierra la llave de paso de agua. Debemos preocuparnos de que esas pequeñas fugas se solucionen lo antes posible ya que pueden derivar en problemas más graves si se dejan como están.
Por último, la cal es otra de las grandes enemigas de la fontanería y conviene prestarle atención. Si esta tarda en sacarse, cada vez será más complicado eliminarla y, al igual que en ejemplos anteriores, puede provocar obstrucciones que deriven en problemas mayores.
El trabajo del fontanero dentro de nuestra casa
Por suerte, aunque no seamos lo suficientemente precavidos en casa, siempre podemos recurrir a un fontanero que nos venga a solucionar ese atolladero del cual no sabemos cómo salir. A día de hoy existen infinidad de empresas de fontanería y fontaneros particulares que pueden acudir a nuestro domicilio llegando incluso a cubrir las 24 horas. A pesar de que esta suele ser siempre la última opción que tenemos a nuestra disposición, como se dijo anteriormente, hay situaciones en las cuales es preferible ponerse en manos de un profesional y no desencadenar un problema mayor.
La cantidad de trabajos que puede llevar a cabo un fontanero es inmensa y todas ellas son de vital importancia. Es por ello que resulta complicado establecer cuál es la tarifa media de los servicios de estos profesionales ya que en ella intervienen muchas variables. La zona geográfica, el desplazamiento o el precio de los materiales que se vayan a utilizar influyen de manera significativa al precio final.
No obstante, podríamos decir de manera aproximada que la tarifa por hora de un fontanero va entre los 20€ y los 40€ por hora si se trata de horarios laborables. Si lo que necesitamos es un fontanero de urgencia, el precio se puede incrementar bastante. También podemos encontrar empresas que nos establezcan un precio fijo dependiendo del trabajo que estemos demandando. Así, por ejemplo, una revisión de la instalación de tuberías puede oscilar entre los 60€ y los 90€.