Dentro de las muchas preocupaciones que supone la organización y celebración de una boda, la elección del fotógrafo encargado de inmortalizar todos los momentos del día es clave para garantizar un gran recuerdo de tu día especial.
Y es que, conceptualmente, las imágenes de las bodas tienen un peso muy importante al representar el recuerdo palpable de lo que sucedió en uno de los días más señalados de las vidas de las parejas.
Por ello, los fotógrafos de bodas cuentan con la gran responsabilidad de captar todo lo que sucede en estos eventos y hacerlo con un gusto estético especial.
Por suerte o por desgracia, en España existen muchísimos profesionales que se dedican exclusivamente a la cobertura de estos acontecimientos, haciendo el abanico de elección muy amplio. La mayoría de ellos ofrecen sus servicios de manera autónoma y pueden encontrarse en portales como Domestiko o a través de redes sociales.
¿Cómo elegir al fotógrafo de boda ideal?
Aunque los wedding planners suelen tener uno o varios fotógrafos de confianza, la pareja siempre tendrá la última palabra para decidirse por uno u otro. Decantarse por uno de estos profesionales es una decisión importante y difícil que tomar para empezar a poner en marcha una boda.
En esta decisión entran muchas variantes como el precio del fotógrafo, la cantidad de imágenes entregadas, la experiencia y por supuesto el estilo de las fotografías de cada uno.
Aunque las propias imágenes del fotógrafo hablen por sí solas, lo ideal para ir avanzando en la decisión es concretar varias citas con algunos de los candidatos para conocerles en persona y negociar las condiciones del trabajo.
La confianza entre el fotógrafo y el sujeto fotografiado juega un papel muy importante para que las imágenes finales tengan una esencia especial y no se vean forzadas o artificiales. Hay que tener en cuenta que ambas partes compartirán durante gran parte del día momentos de una cierta intimidad y situaciones con una carga emocional muy fuerte.
Cuanto cuesta contratar un fotógrafo de boda
Mucha gente que no está estrechamente familiarizada con el mundo de la fotografía se echa las manos a la cabeza al ver cuáles son los honorarios de estos profesionales en casi cualquier ámbito de la fotografía.
Aunque pueda haber variaciones de precio significativas en función de factores como la localización geográfica o la petición del cliente, un fotógrafo cobra como mínimo 50 euros por hora trabajada.
Esta cifra, que es muy pequeña si la comparamos con las tarifas de algunos fotógrafos asentados en su respectivo sector, sirve como punto de partida para entender cuál puede ser el precio de un fotógrafo de bodas.
En España el precio mínimo de contratación de un buen fotógrafo para la cobertura de una boda suele estar en los 1.500 euros, aunque existen varios factores que pueden hacer que esta tarifa se vea encarecida:
El material fotográfico y sus costes
El material que se vaya a emplear en la boda juega un papel muy importante en el precio final de los fotógrafos: Desde hace algunos años, por ejemplo, muchos fotógrafos de bodas han incluido en su equipo drones para hacer tomas aéreas de los espacios donde se celebran las bodas. Para poder pilotar drones, los profesionales, además de haber desembolsado el precio del propio aparato, también habrán tenido que pagar el correspondiente curso que les permite ponerlos en funcionamiento.
Dependiendo de cuál sea la cámara que el fotógrafo vaya a utilizar, también podremos ver encarecida la tarifa de su contratación. Cabe mencionar que hoy en día, existe una tendencia creciente por demandar fotografías tomadas con película analógica por el resultado que esta ofrece. La compra de carretes, su correspondiente revelado y escaneado y el tiempo empleado en hacerlo también suponen un encarecimiento significativo del precio
La cantidad de fotos finales que el fotógrafo entrega a la pareja
Aunque muchos fotógrafos de bodas ofrecen paquetes de fotos finales para entregar, la pareja o el wedding planner puede acordar con él entregar más. Esto puede ser porque, quizás, haya muchos momentos “claves” durante todo el evento.
No obstante, como norma general, los fotógrafos suelen entregar unas 500 fotos finales que previamente han sido procesadas. Durante la edición, los fotógrafos pueden emplear varios días de trabajo para acabar de darle el acabado estético a las fotografías.
Las fotos “extra” conllevan también un trabajo extra de selección y de edición que el fotógrafo tendrá que emplear. Por si fuera poco, el almacenaje de estas imágenes también tiene un coste, ya que los fotógrafos suelen guardarse los archivos durante un tiempo por si hubiese algún inconveniente en el futuro y se perdiesen las imágenes.
Este trabajo de postproducción puede estar o no incluido en el precio final. En este sentido, cada fotógrafo elige qué alternativa le va mejor dependiendo de los propios clientes.
La propia experiencia y el caché del fotógrafo.
Como bien apuntábamos anteriormente, la experiencia que pueda acreditar un fotógrafo y la cantidad de ceremonias que haya realizado pueden encarecer también el precio de su contratación. Si además, ese fotógrafo ha podido fotografiar a personajes famosos o a gente notoria, su caché habrá aumentado y hará que su precio final suba.
Los reportajes fotográficos de boda
Al igual que le ha pasado a otras disciplinas fotográficas, la fotografía de bodas en los últimos años se ha ido reinventando en cierta medida, permitiendo algo más de creatividad en las imágenes de los fotógrafos.
No obstante, un buen reportaje fotográfico de bodas suele contener, a no ser que la pareja exprese lo contrario, una serie de imágenes de los momentos clave en el transcurso de la ceremonia:
- Imágenes de la novia y del novio vistiéndose y preparándose para la ceremonia. Aunque se suele hacer más hincapié en ella que en él, ambas partes son muy importantes.
- Captar bien todos los momentos claves de la ceremonia. Este quizás sea el momento más importante y decisivo durante el día de trabajo del fotógrafo. Este tendrá que estar muy bien situado en todo momento para capturar el intercambio de anillos, el beso o la entrada de la novia.
- El primer baile, el brindis o el corte de la tarta son también imprescindibles, ya que son situaciones que solo se viven en las ceremonias nupciales.
Una vez se ha cubierto como es debido todos estos acontecimientos, el fotógrafo puede dedicarse con más calma a hacer retratos con los familiares y amigos, fotografiar la decoración de la boda y captar las emociones de los invitados durante todo el evento.
No hay que olvidar que, de por sí, las bodas son unas fiestas con una carga tradicional muy grande que son difíciles de cambiar. De hecho, el propio matrimonio está siendo cada vez más cuestionado por las parejas y la iglesia cada vez juega un papel menor en los enlaces matrimoniales.
Diferentes estilos y tendencias en la fotografía de boda
Como bien apuntábamos anteriormente, cada vez son más los profesionales que se atreven a ofrecer un tipo de imagen que se aleja de lo tradicionalmente conocido en las bodas.
Tal y como sucede en otro tipo de disciplinas fotográficas, las líneas que las separan cada vez son más difusas, haciendo que haya “fusiones” entre estas ramas.
Por ello, a día de hoy podemos ver fotografías de boda movidas (con una justificación clara en este “error fotográfico”), en blancos y negros muy contrastados o de ciertos detalles que podrían considerarse banales en otras épocas.
En este sentido, podríamos decir que la fotografía de bodas tiene un componente documental bastante marcado. Los fotógrafos que están haciendo este tipo de trabajos acuden a las bodas teniendo muchas más libertad creativa para representar la esencia de lo que se vivió durante la ceremonia sin dejar de lado esas fotografías “obligatorias” que mencionábamos anteriormente.