¿Qué entendemos por Dependencia Emocional? Quizá sea tu caso.
Se define como un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir de una forma desadaptativa con otras personas (Castelló, 2000). Es una necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra.
Como en la adicción al consumo de sustancias tóxicas, la dependencia emocional opera mediante mecanismos de refuerzo positivo, que acaba generando dependencia psicológica en el sujeto. Básicamente podemos decir que estás enganchado, que eres un adicto, solo que en vez de a un estupefaciente, en este caso es a una persona y a lo que esta representa emocionalmente para ti.
La dependencia emocional afecta por igual a mujeres y hombres. Sin embargo, los hombres suelen ocultar este problema pues se sienten menos capaces de reconocer que están ? atados emocionalmente? a otra persona. A causa de la vergüenza en expresar el problema, algunos hombres presentan cuadros de dependencia más severos.
Es muy común que el patrón de dependencia se observe en cierto tipo de personas en cada una de las relaciones que mantenga a lo largo de su vida. Por ello es fundamental buscar ayuda psicológica.
El factor común en los individuos proclives a presentar esta conducta suele ser un bajo nivel de autoestima. Suelen referir sentimientos intensos de inferioridad y de culpabilidad. Así, resulta significativo que muchas de las personas que son dependientes emocionales buscan parejas con un carácter dominante, con un perfil psicológico que tiende hacia el egoísmo y el narcicismo, posesivas, autoritarias y déspotas. En algunos casos, el dependiente emocional refiere haber sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico por parte de su pareja.
La relación acaba convirtiéndose en un tortuoso camino de desprecio, insultos y maltrato, roturas y reconciliaciones constantes, con un aumento progresivo de la conducta destructiva.
Desengancharse es tan difícil como hacerlo de un estupefaciente. Lo primero es tomar consciencia del problema. Sin superar el típico proceso de negación, que acompaña a cualquier adicto, es imposible iniciar cualquier intervención psicológica.
Una vez iniciamos el proceso, aparecerá el Síndrome de Abstinencia:
Nos sentiremos ansiosos/as, aparecerán los pensamientos obsesivos, esta vez referidos al individuo que pretendemos dejar atrás, nos odiaremos por haberlo dejado, no comprenderemos por qué lo hemos hecho y buscaremos escusas para volver con él o ella, solo recordaremos lo bueno y encerraremos bajo llave, en lo más oscuro de nuestra mente, todo lo malo que nos llevó a esta situación de desagarro, aparecerá el insomnio, ganas irrefrenables de estar con él o ella, llanto descontrolado? en definitiva todo un cuadro de abstinencia, que de igual manera podría presentarse ante la necesidad de esnifar cocaína. Y es que el mecanismo de refuerzo positivo que se puso en marcha en la persona con baja autoestima sigue el mismo circuito neuronal que en cualquier otra adicción.
Si la persona cede a sus deseos primarios, si vuelve con la pareja, aunque en los primeros momentos sienta calma y paz, además de un placer indescriptible (refuerzo), al poco tiempo se dará cuenta del error y los sentimientos de culpa volverán con más fuerza aún. Automáticamente pondrá de nuevo fin a la relación, retroalimentando la sensación de malestar que, indudablemente querrá eliminar. ¿Y adivinan que analgésico buscará para apaciguar el desagarro emocional? Correcto. Otra vez a su expareja, poniendo en marcha el círculo vicioso de cualquier adicción.
Corregir la autoestima negativa, aprender a estar sola/o, eliminar cualquier contacto con la expareja, traer a la consciencia lo negativo de la relación, pensar en lo sufrido, en definitiva, pasar a la acción, son algunas de las medidas de urgente aplicación.
Si te identificas con este relato, es importante que busques ayuda profesional. No sufras más de lo necesario.
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O escribe
Como en la adicción al consumo de sustancias tóxicas, la dependencia emocional opera mediante mecanismos de refuerzo positivo, que acaba generando dependencia psicológica en el sujeto. Básicamente podemos decir que estás enganchado, que eres un adicto, solo que en vez de a un estupefaciente, en este caso es a una persona y a lo que esta representa emocionalmente para ti.
La dependencia emocional afecta por igual a mujeres y hombres. Sin embargo, los hombres suelen ocultar este problema pues se sienten menos capaces de reconocer que están ? atados emocionalmente? a otra persona. A causa de la vergüenza en expresar el problema, algunos hombres presentan cuadros de dependencia más severos.
Es muy común que el patrón de dependencia se observe en cierto tipo de personas en cada una de las relaciones que mantenga a lo largo de su vida. Por ello es fundamental buscar ayuda psicológica.
El factor común en los individuos proclives a presentar esta conducta suele ser un bajo nivel de autoestima. Suelen referir sentimientos intensos de inferioridad y de culpabilidad. Así, resulta significativo que muchas de las personas que son dependientes emocionales buscan parejas con un carácter dominante, con un perfil psicológico que tiende hacia el egoísmo y el narcicismo, posesivas, autoritarias y déspotas. En algunos casos, el dependiente emocional refiere haber sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico por parte de su pareja.
La relación acaba convirtiéndose en un tortuoso camino de desprecio, insultos y maltrato, roturas y reconciliaciones constantes, con un aumento progresivo de la conducta destructiva.
Desengancharse es tan difícil como hacerlo de un estupefaciente. Lo primero es tomar consciencia del problema. Sin superar el típico proceso de negación, que acompaña a cualquier adicto, es imposible iniciar cualquier intervención psicológica.
Una vez iniciamos el proceso, aparecerá el Síndrome de Abstinencia:
Nos sentiremos ansiosos/as, aparecerán los pensamientos obsesivos, esta vez referidos al individuo que pretendemos dejar atrás, nos odiaremos por haberlo dejado, no comprenderemos por qué lo hemos hecho y buscaremos escusas para volver con él o ella, solo recordaremos lo bueno y encerraremos bajo llave, en lo más oscuro de nuestra mente, todo lo malo que nos llevó a esta situación de desagarro, aparecerá el insomnio, ganas irrefrenables de estar con él o ella, llanto descontrolado? en definitiva todo un cuadro de abstinencia, que de igual manera podría presentarse ante la necesidad de esnifar cocaína. Y es que el mecanismo de refuerzo positivo que se puso en marcha en la persona con baja autoestima sigue el mismo circuito neuronal que en cualquier otra adicción.
Si la persona cede a sus deseos primarios, si vuelve con la pareja, aunque en los primeros momentos sienta calma y paz, además de un placer indescriptible (refuerzo), al poco tiempo se dará cuenta del error y los sentimientos de culpa volverán con más fuerza aún. Automáticamente pondrá de nuevo fin a la relación, retroalimentando la sensación de malestar que, indudablemente querrá eliminar. ¿Y adivinan que analgésico buscará para apaciguar el desagarro emocional? Correcto. Otra vez a su expareja, poniendo en marcha el círculo vicioso de cualquier adicción.
Corregir la autoestima negativa, aprender a estar sola/o, eliminar cualquier contacto con la expareja, traer a la consciencia lo negativo de la relación, pensar en lo sufrido, en definitiva, pasar a la acción, son algunas de las medidas de urgente aplicación.
Si te identificas con este relato, es importante que busques ayuda profesional. No sufras más de lo necesario.
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